Yo nunca sabré si fue un sahumerio
o me llamaste transmigrando tu alma
si fueron las velas que encendiste
si fue un rezo, o fue el agua bendita
pero me hechizaste a la distancia
para que te buscara y te encontrara
entrando en mis sueños sin permiso
me suplicaste que hasta ti llegara…
No sabré jamás si fueron esas flores
que lanzaste en aquel torrente frio
o los caracoles quienes te revelaron
que yo aparecería de nuevo en tu vida,
no sabré jamás y quizás ya no importa
si fue tu brujería de amor desesperado
quien descubrió que no olvidé tus besos
y sigilosa me trajo de nuevo a tu lado…
Y estoy seguro hechicera de mis días
que usaste tus más fuertes conjuros
para enseñarme el camino hasta tu piel
llevándome a seguir ese rastro único
del olor inolvidable de hembra mía
para cerrar así por siempre el círculo
de todo aquello que antes no pudo ser
y sin embargo siempre debió haber sido.
No sabré jamás cuál fue tu arma secreta
pero en el tiempo algo útil he aprendido:
luchar contra un conjuro de amor eterno
no tiene ni tendrá jamás algún sentido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario