Poema #2 (24/02/2013) Hace ya casi media vida

Recuerdo, sí recuerdo que hace casi media vida
que con el alma destrozada en trozos y jirones
me alejé del puerto seguro de tu amor perdido
para embarcarme en un navío cualquiera sin rumbo
para empezar otras historias y otras vidas...

Y alcé las velas al viento orgulloso y generoso,
y dejé que el azar decidiera mi nuevo destino
llevándome quizás a donde pudiera simplemente
olvidar, olvidarme y olvidarte para siempre 
y empezar a escribir y forjar otras memorias...

Y escondí el ingenuo lápiz de mis poesías 
como quien oculta un arma peligrosa y mortal
tratando de evitar quizás su propio suicidio.
Dejé atrás los sueños y las viejas ilusiones
y llené el corazón de nuevas aventuras...

Partí hacia mundos y lugares increíbles,
hacia tantas experiencias y placeres nuevos
como la misma vida quiso poner en mi camino.
Amé, quise y sentí tanto como mis sentidos
dejaron que amara, quisiera y sintiera...

Pretendí destrozar tu recuerdo tantas veces
pero ante la imposibilidad de destruirlo
decidí esconderlo en ese lugar de la mente
donde se esconden los secretos vergonzosos
y se guardan también los miedos más atroces...

Y en momentos llegué a confundir tu boca
con otra boca, y tu cuerpo con otro cuerpo,
en la desesperación de regresar a un puerto
que solo existía en mis oníricas ilusiones
de joven un poco loco y enamorado de la vida...

Y el tiempo me llevó a tantas cosas nuevas,
momentos dolorosos, felices e inolvidables,
tantos ratos en los que el alma se embriaga
y pareciera que ha olvidado y superado todo
y las pérdidas no se sienten herir tan dentro...

Pero a ratos tu olor regresaba bien escondido
dentro de una frase o en una vieja canción
y la vida jugaba a ganarme en la nostalgia
arrastrándome como siempre a imaginarte mía
y a pensar sin querer en "¿cómo hubiera sido...?"


Pasaron muchas lunas nuevas y los planetas 
continuaron su lenta danza alrededor del sol
mientras la vida me forjaba en su crisol
y hacía de mi otro hombre, padre y amante
dibujando mi rostro con arrugas de experiencia...

Iluso, llegué a creer que había superado tu amor,
y mis derrotas y victorias me dieron esa fuerza
para enfrentar de nuevo tu recuerdo y vencerlo
y tomarlo como una más de mis pasadas vivencias 
para lanzarlo al olvido como quien lanza cenizas...

Y la vida, la misma que juega al azar con nosotros,
me llevó hasta ti, quizás de la forma menos esperada.
Y en mi ilusión de haberte derrotado en tu recuerdo
quise explicártelo y mostrarte mis fatuas preseas
junto a mis glorias, mis logros y mis murallas...

Bastaron tus palabras cargadas de cariño guardado,
para hacer que mi orgullo, mis logros y murallas
volaran en enormes remolinos como arena al viento
y el instinto descubrió ocultos en un rincón del alma
los recuerdos indestructibles de aquel gran amor...

Y volvió a latir impulsivamente como antes el corazón 
al ver de nuevo tu rostro sonreír igual que antes.
Y tus historias me besaron y adornaron el alma herida
haciendo temblar de deseo mi cuerpo y mis labios viejos 
tan solo de imaginar ahora tus besos nuevos...

Y toda esa nostalgia que casi me volvió demente
por un "¿cómo habría sido?" o un "¿qué sería si...?"
se tornó en la simple pregunta: ¿Y cómo será amarla?
Porque el escondido recuerdo explotó como metralla
cargando el alma de resurrectos deseos y suspiros...

Y la vida pasada mostrose como la estela del barco
que me llevó a tantos mares y tantas historias,
y como estela se deshizo al continuar en tu rumbo
en el mar que voluptuoso la borra, la deshace y cambia
aunque jamás haya podido deshacer nuestro amor...

Recuerdo, sí recuerdo que hace casi media vida
que te he estado esperando aunque lo haya negado,
y si la vida me ha traído de nuevo a tu puerto
a curar heridas y besarnos como locos el alma...

¿Quién soy yo para negarnos este sueño amor mío?

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