Detened las mareas y decidle a la luna
que muestre perenne su cara iluminada
y pregonad que no existe mujer alguna
tan hermosa en la tierra como mi amada
Por ella he de navegar en las tormentas
cabalgar solo en la aridez del desierto
sufrir todo oprobio y todas las afrentas
por pregonar mi amor a los cuatro vientos
Llevadle a todos los pueblos mi mensaje
haced que de envidia sufran las princesas
que no hay mujer más bella en algún paraje
que la que me ama y en mi piel se expresa
Decidle a los sacerdotes de todo credo
que se inclinen ante mi amada al verla
porque Dios les habrá enviado un ángel
con un fulgor que brilla como una perla
Encontrareis mi escudo si negáis su brillo
y morderéis el amargo polvo de mis pasos
si osáis quizás negar su extrema belleza,
si insultáis a mi amada os haré pedazos.
Y cuidaos de decir que más bella hay otra
ya que tendréis que enfrentar mi espada
porque mi amor es la más bello de todos
y no habrá otra más hermosa que mi amada
De tu caballero andante…
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