Eran mis manos locas que te buscaban
en el asiento del automóvil estrecho
mientras tu sostén jugaba conmigo
a hacerme difícil descubrir tu pecho
Los besos tímidos de a poco encendían
en las almas incendios incontrolables
aprendiendo a reconocernos el aliento
y de deseos prohibidos a ser insaciables
Y aprendí a cosechar los dulces gemidos
que mis manos entre tus piernas buscaban
descubriéndote hasta el corazón desnudo
en cada centímetro de piel que temblaba
Y el corazón mío palpitaba sin sosiego
cuando tus manos ansiosas me atrapaban
en cada ola nueva de placer desconocido
que nuestras lenguas y labios lograban
Descubrí entonces tus primeros orgasmos
y te mojaste las manos con mi escencia
jugando al amor sin saber bien qué era
nos marcamos el alma con gran inocencia
Y entre besos y caricias interminables
que a lo prohibido sin pena se atrevían
descubríamos el amor infinito sin saber
que atrapadas nuestras almas quedarían
Y entre juegos, sonrisas y suspiros
fuimos hombre y mujer por vez primera
sin saber que jamás en brazos ajenos
ni migaja de eso sentiríamos siquiera
Y ahora el destino nos trajo al punto
en donde este amor indeleble encontramos
guardado en rincones seguros del alma
en sueños que tantas noches soñamos.
Y aún nos tiembla la piel como antes
y el corazón palpita sin sosiego todavía
a pesar del tiempo el amor sigue aquí
y soy tuyo por siempre y tú aún eres mía.
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