Quédate conmigo a ver el ocaso
deja que la luz del sol poniente
te ilumine el rostro de poesía
mientras las sombras se alargan
y desaparecen al llegar la noche...
Acompáñame a ver esa luna traviesa
jugar a esconderse entre las nubes
mientras yo te enseño los nombres
de las estrellas que envidiosas
palidecen ante la luz de tus ojos...
Déjame enseñarte amor de mi vida
como las constelaciones se repiten
entre los lunares de tu espalda
dibujándolas con mis dedos ávidos
de acariciarte mil veces el alma...
Quédate esta noche aquí conmigo
que haré con tus gemidos un poema
y guardaré aquí cada caricia ciega
en el sagrado cofre de mi memoria
junto a los suspiros que me dejes...
Quédate solo una noche mujer amada
y sé que no regresarás más a tu vida
porque en la mañana habrás entendido
que aunque se puedan vivir mil vidas
basta una noche para que tengan sentido.
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